Chicos,hoy estoy muy triste.Hace muchos dias que no veo a mi prima Rateta.Salió tras mi tio y ya no la hemos visto más.Yo la quiero mucho y quiero volver ajugar con ella.Espero que alguien la haya encontrado y esté en una casita calentita,porque hace mucho frio para que esté en la calle.Ayudarme a encontrarla por favor :(
Perra perdida,hace poco más de un mes Rateta salió tras el camión de mi tio y no volvió.Tiene unos 7 años y es pequeñita,pensamos que alguien la pueda tener en casa ya que es muy cariñosa y graciosa,ademas no tiene chip.Han pasado por el corralet(perrera de Vinaròs) y ahí no está,en el Cau(protectora de Vinaròs) tampoco la tenemos,asi que solo queda esperar a que aparezca bien.Es de Alcanar.Si alguien la ve que se ponga en contacto por favor,es una perra muy casera,incluso pasó una depresion muy fuerte hace un tiempo por celos,no sabemos si estará bien sin sus dueños. 634962579,Yoland.(Yolanda es mi mamá)
HOLA A TODOS!!!!Esta de la foto soy yo,y me llamo Dalia :) Soy guapa verdad???Mi mama dice que la más guapa (amor de madre) He creado este blog para ayudar a encontrar casa a los peluditos como yo,también para charlar y poner noticias relacionadas con animalitos,para que nos riamos un rato.Bienvenidos a mi blog,bloggeros.GUAU!!!
domingo, 29 de enero de 2012
El hombre,el perro y el caballo
Guauuu,guauuuu.Me han pasado esta bonita historia sobre 3 amigos y queria compartirla con vosotros :) Feliz Domingo!!!! :) GUAU!!
Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por un sendero cuando, de repente, después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta que tanto él como su caballo y su perro hacía apenas unas horas habían sufrido un accidente.
Reflexionando se dio cuenta de que los tres, además, habían muerte en él. Así es, hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición.
Y así, muertos, continuaron su marcha montaña arriba, bajo un sol inclemente que, misteriosamente, los castigaba igual que si estuvieran vivos. Después de mucho caminar, ya exhaustos, estaban necesitando desesperadamente beber un poco de agua. En una curva del camino avistaron un hermoso paraje.
Acercándose llegaron ante un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba un agua cristalina.
El caminante, parado con sus compañeros de viaje ante ese portón, se dirigió al hombre que majestuoso guardaba la entrada.
–Buen día, dijo el caminante.
– B u e n día, respondió el hombre.
–¿Qué lugar es éste, tan lindo? –preguntó el caminante.
–Esto es el Cielo.–fue la respuesta.
–Qué bueno que nosotros llegamos al Cielo. Pero tenemos muchísima sed, ¿podríamos beber un poco de agua? –preguntó el caminante.
–Usted puede entrar y beber toda el agua que desee –dijo el guardián, indicándole la fuente.
–Mi caballo y mi perro también tienen muchísima sed.
–Lo lamento mucho –le dijo el guarda–, aquí no se permite la entrada de animales.
El hombre se sintió muy abatido porque su sed era grande, pero no quería entrar él solo y dejar a sus amigos, que lo acompañaban hacía tanto tiempo, muriéndose de sed mientras él se saciaba. Se despidió del hombre y prosiguió su camino. Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un apartado lugar en el que vislumbraron también un gran portón. Acercándose a él vieron que, a diferencia del anterior, éste estaba construido de forma mucho más sencilla. El lugar en sí también era más humilde: no había aquí un patio con mármoles ni piedras preciosas. El portón simplemente daba a un camino de tierra con árboles a ambos lados que le hacían sombra, y al fondo unas piedras de entre las cuales brotaba un fuente de agua cristalina. A la sombra del portón un hombre estaba recostado plácidamente.
Cubría su cabeza un sombrero, y parecía no haber percibido la llegada de los visitantes.
–Buen día –dijo el caminante. –Buen día –respondió el hombre al tiempo que se levantaba y descubría su cabeza. –Discúlpenos señor, estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro. –Pueden pasar los tres y beber de la fuente cuanto gusten –dijo el hombre, señalando el lugar.
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.
–Muchas gracias –dijo el caminante al salir. –Vuelvan cuando quieran –respondió el hombre. –A propósito –dijo el caminante–, ¿cuál es el nombre de este lugar? –Este lugar se llama Cielo –respondió el hombre.
–¿Cielo? ¡Mas si el hombre que guardaba un hermoso portón de mármol que hemos encontrado en el camino me dijo que aquello era el Cielo!
–Aquello no es el Cielo, aquello es el Infierno.
El caminante quedó perplejo.
–Mas entonces –dijo el caminante–, si esa información es falsa debe causar grandes daños y confusiones.
–De ninguna manera –respondió el hombre–. En verdad ellos nos hacen un gran favor, porque allí quedan aquellos que en su camino, por un simple trago de agua, son capaces de abandonar a sus mejores amigos...
Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por un sendero cuando, de repente, después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta que tanto él como su caballo y su perro hacía apenas unas horas habían sufrido un accidente.
Reflexionando se dio cuenta de que los tres, además, habían muerte en él. Así es, hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición.
Y así, muertos, continuaron su marcha montaña arriba, bajo un sol inclemente que, misteriosamente, los castigaba igual que si estuvieran vivos. Después de mucho caminar, ya exhaustos, estaban necesitando desesperadamente beber un poco de agua. En una curva del camino avistaron un hermoso paraje.
Acercándose llegaron ante un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba un agua cristalina.
El caminante, parado con sus compañeros de viaje ante ese portón, se dirigió al hombre que majestuoso guardaba la entrada.
–Buen día, dijo el caminante.
– B u e n día, respondió el hombre.
–¿Qué lugar es éste, tan lindo? –preguntó el caminante.
–Esto es el Cielo.–fue la respuesta.
–Qué bueno que nosotros llegamos al Cielo. Pero tenemos muchísima sed, ¿podríamos beber un poco de agua? –preguntó el caminante.
–Usted puede entrar y beber toda el agua que desee –dijo el guardián, indicándole la fuente.
–Mi caballo y mi perro también tienen muchísima sed.
–Lo lamento mucho –le dijo el guarda–, aquí no se permite la entrada de animales.
El hombre se sintió muy abatido porque su sed era grande, pero no quería entrar él solo y dejar a sus amigos, que lo acompañaban hacía tanto tiempo, muriéndose de sed mientras él se saciaba. Se despidió del hombre y prosiguió su camino. Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un apartado lugar en el que vislumbraron también un gran portón. Acercándose a él vieron que, a diferencia del anterior, éste estaba construido de forma mucho más sencilla. El lugar en sí también era más humilde: no había aquí un patio con mármoles ni piedras preciosas. El portón simplemente daba a un camino de tierra con árboles a ambos lados que le hacían sombra, y al fondo unas piedras de entre las cuales brotaba un fuente de agua cristalina. A la sombra del portón un hombre estaba recostado plácidamente.
Cubría su cabeza un sombrero, y parecía no haber percibido la llegada de los visitantes.
–Buen día –dijo el caminante. –Buen día –respondió el hombre al tiempo que se levantaba y descubría su cabeza. –Discúlpenos señor, estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro. –Pueden pasar los tres y beber de la fuente cuanto gusten –dijo el hombre, señalando el lugar.
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.
–Muchas gracias –dijo el caminante al salir. –Vuelvan cuando quieran –respondió el hombre. –A propósito –dijo el caminante–, ¿cuál es el nombre de este lugar? –Este lugar se llama Cielo –respondió el hombre.
–¿Cielo? ¡Mas si el hombre que guardaba un hermoso portón de mármol que hemos encontrado en el camino me dijo que aquello era el Cielo!
–Aquello no es el Cielo, aquello es el Infierno.
El caminante quedó perplejo.
–Mas entonces –dijo el caminante–, si esa información es falsa debe causar grandes daños y confusiones.
–De ninguna manera –respondió el hombre–. En verdad ellos nos hacen un gran favor, porque allí quedan aquellos que en su camino, por un simple trago de agua, son capaces de abandonar a sus mejores amigos...
sábado, 28 de enero de 2012
A él también le importa su vida.
Holaaaaaaaa bloggers!!!Os dejo aqui una pequeñita historia de Paul McCartney,es una bonita historia,y ayuda a reflexionar.Que tengais buen finde amiguitossssss,GUAU!!
Hace años estaba pescando y mientras tiraba del pobre pez fuera del agua, fui consciente de algo: "Le estoy matando por la efímera diversión que me proporciona."
Algo hizo click en mi interior.
Mirando cómo se retorcía en su impulso por respirar, supe que su vida era tan importante para él... como la mía lo era para mí.
Paul McCartney
Bomberos rescatan a un perro en un rio helado.
Hola a todos!!!GUAU!Mirar que noticion!Resulta ser que los heroes existen,solo que no los vemos porque no llevan capa y mallas como querian hacernos creer :D Que tengais una muy buena noche de Sábado :) Guau
PD:Nos os perdais el video,SON SUPERHEROES DE VERDAD!!!!
PD:Nos os perdais el video,SON SUPERHEROES DE VERDAD!!!!
Un perro ha sido rescatado después de caer en un río helado y quedarse atrapado entre el hielo.Un hombre escuchó al perro llorar y cuando se acercó a él, vió como estaba atrapado en las aguas heladas del río Indian en Florida (EEUU).El hombre llamó a emergencias y un grupo de bomberos se desplazó hasta el lugar para llevar a cabo el rescate del animal.
Enlace del video aqui:
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